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En enero, el entonces presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, incluyó en la lista negra a varias empresas chinas, incluido el gigante de los teléfonos inteligentes Xiaomi. Esto se debía a que supuestamente eran propiedad del gobierno chino o tenían fuertes vínculos con el gobierno chino. Sin embargo, según información de The Wall Street Journal citada por el sitio web Gizchina, en el caso de Xiaomi el motivo fue diferente: la concesión del premio "Constructor destacado del socialismo con elementos chinos" a su fundador Lei Jun.

En respuesta a estar en la lista negra, Xiaomi emitió una declaración pública diciendo que no tenía ninguna conexión con el gobierno o el ejército chino. El gigante de los teléfonos inteligentes destacó que sigue cumpliendo con todas las normas legales y que el gobierno estadounidense no tiene pruebas de ninguna infracción. Añadió que utilizaría todos los medios legales para reclamar una indemnización por haber sido incluido injustamente en la lista negra (el precio de sus acciones cayó significativamente después de haber sido incluido en la lista negra).

Xiaomi también ha presentado una demanda contra la Casa Blanca en Estados Unidos, pero aún no está claro cómo resultará la demanda.

La empresa ha tenido mucho éxito últimamente: el año pasado se convirtió en el tercer mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, es el número uno en diez mercados y está entre las cinco primeras marcas en treinta y seis. Sin embargo, cabe señalar que su crecimiento se vio favorecido por la dramática caída de las ventas de otro gigante chino de teléfonos inteligentes, Huawei, provocada por las sanciones estadounidenses en curso.

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