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Como habrán notado, en los últimos meses se ha producido una batalla bastante dura entre las corporaciones y las empresas tecnológicas occidentales y orientales, que intentan a cualquier precio difamar a la competencia y, sobre todo, establecer dominio y hegemonía. Aunque el resultado aún no está claro y la lucha continuará durante mucho tiempo, aunque lo más probable es que se intensifique con el tiempo, las conclusiones del tribunal chino echaron más leña al fuego. Este último acusó al fabricante Gionee de instalar deliberadamente malware peligroso en sus teléfonos inteligentes, poniendo así en peligro a los usuarios y, sobre todo, beneficiándose de publicidad asociada al caballo de Troya. También hubo seguimiento de los usuarios e intromisiones en su privacidad.

Este es un golpe relativamente duro para los fabricantes chinos de teléfonos inteligentes, que durante mucho tiempo han sido acusados ​​de entrar en conflicto con el gobierno local y de intentar socavar la autoridad de las potencias occidentales mediante prácticas desleales. De una forma u otra, Gionee logró influir en hasta 20 millones de teléfonos inteligentes y ganar varios millones de dólares en el comercio de datos. Pero este paso en falso probablemente le costará mucho al fabricante, porque el tribunal concedió a la empresa una multa astronómica y, sobre todo, se llevará a cabo otra investigación interna. Así que sólo nos queda esperar a ver cómo reaccionará Occidente ante la situación y si este hecho afectará de alguna manera la percepción de los gigantes tecnológicos chinos ante los ojos del público y los políticos.

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