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El gigante de la electrónica de Corea del Sur es considerado desde hace varios años líder mundial en la producción de pantallas OLED. La calidad de sus paneles la podemos comprobar desde hace muchos años en sus buques insignia y más recientemente en los teléfonos de la competencia. Un gran pedido de expositores para ti este año. iPhone incluso lo hizo él mismo recientemente Apple. Además, los coreanos pronto ampliarán considerablemente su fábrica de pantallas y construirán así la mayor fábrica de este tipo en el mundo. Así que todo indica que a Samsung le va perfectamente bien en esta industria. Sin embargo, algunas empresas competidoras están empezando poco a poco a mostrarse firmes.

Tres factores esenciales

Uno de los que quisiera arrebatarle a Samsung el dominio del mercado OLED es LG. Según las últimas noticias, ya ha inyectado en sus fábricas más de 13,5 mil millones de dólares. Las finanzas deberían garantizar una mejora significativa en su propia producción y, por tanto, también afectar a una parte de la clientela de Samsung. Sin embargo, probablemente sobreviviría a la competencia de una empresa sin mayores problemas.

Lo que resulta desagradable, sin embargo, es el interés de Apple por implicarse también en este ámbito. El fabricante de las líneas en las que Samsung fabrica sus pantallas supuestamente vendió una de las piezas principales a la empresa Apple, y posteriormente la empresa comenzó a construir su propio laboratorio de pruebas y planta de producción de pantallas OLED en Taiwán. Si Apple realmente logra desarrollar sus pantallas con la calidad requerida, Samsung lo perderá como cliente muy lucrativo, y esto podría ser un problema para la empresa, que representa una séptima parte de todo el consumo de paneles OLED.

El tercer problema podrían ser los esfuerzos de otras empresas más pequeñas por establecerse en este sector del mercado. Samsung ha fijado el precio de sus pantallas relativamente alto, y un precio significativamente más bajo para productos de calidad comparable podría privarla de otra ola de clientes. Sin embargo, la inversión inicial en equipos de fábrica OLED es tan alta que podría disuadir a algunas empresas.

Veremos cómo le va a Samsung en la industria en los próximos meses. No se puede negar la calidad de sus pantallas y es sólo cuestión de tiempo que vuelva a subirla a un cierto nivel. El mayor interrogante será con qué rapidez y calidad las empresas competidoras podrán alcanzar a los surcoreanos. Si lo consiguen en un plazo razonable, podremos esperar una competición muy interesante. De lo contrario, puede suceder que Samsung tenga tanto éxito con una de sus innovaciones en el campo de las pantallas que nadie lo amenace durante mucho tiempo. Sin embargo, sólo el tiempo lo dirá.

Samsung Galaxy S7 borde OLED FB

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